sábado, 19 de enero de 2008

Empresa y Desarrollo Nacional


Empresa y Desarrollo Nacional

Carlos Alberto Pajuelo Beltrán.
Docente universitario en los cursos de Criminología y Derecho Aduanero. UPT
“La iniciativa privada es libre y se ejerce en una economía social de mercado; que es un sistema que funciona según las reglas del mercado, en el cual el Estado interviene para complementar su funcionamiento y ofrecer seguridades sociales mínimas” ( Propuesta de la CEBRCP).[1]



Al tocar el problema de la función de la empresa en el ámbito de la realidad peruana , la queremos entender como motor de desarrollo, pero nos encontramos con una situación problemática fundamental que por lo menos muestra tres aristas: a. El problema de los oligopolios en control de los medios de producción y distribución de la riqueza. , b. El problema de la informalidad y c) La seudo imagen del aparato burocrático como fuente laboral. Veamos:

A) El problema de los oligopolios en control de los medios de producción y distribución de la riqueza.
Que se convierte en problema por que se va ampliando la brecha entre los que más tienen y los que menos recursos poseen. La libertad de mercado y vigencia del Laissez Faire ha impreso en el inconsciente colectivo un sentimiento de rechazo.


Nos encontramos ante un grupo de empresas que gozan de gollerías de toda índole y que en virtud al transnacionalismo a ultranza impuesto por las grandes corporaciones y vienen engullendo a los empresarios pequeños o en ciernes con prácticas de competencia desleal que son increíblemente ilegibles para las autoridades gubernamentales que víctimas de los lobbies impertinentes coadyuvan a que el abuso (abuso de posición de dominio también le dicen) se perpetre con mayor o poco mayor flagrancia. Puede resultar ocioso mencionar que en materia laboral se han arriado las banderas de la reivindicación del derecho al trabajo como un derecho fundamental y susceptible de ser protegido por la ley, para en la práctica darse rienda suelta a una flexibilización excesiva siempre a favor de la empresa y los grupos de poder. Surgen así nuevamente las voces que tratan de aprovechar estas coyunturas con la finalidad de adoptar medidas radicales pero de corte alienante ( con los cliches mas diferentes : “socialistas”, “nacionalistas”, “patriotas”, “ultras”, etc.) mentando la pendularidad de las situaciones económicas a través de la historia por la cual en un momento histórico determinado prevalecen las tendencias liberales y en otro prevalecerán las proteccionistas o conservadoras en materia económica.

En todo caso se debe tener en cuenta que el papel del Estado es generar y mantener las reglas de juego auténticas y hacerlas respetar sin excepción alguna, aun más cuando sabemos que las exoneraciones, beneficios y demás excepciones son en la práctica verdaderas subvenciones que lamentablemente tienen que ser facturadas a todos los contribuyentes.


B) El problema de la informalidad.
Que se ha generado a su vez por dos factores, el primero que tiene que ver con lo anteriormente señalado y que se puede identificar con el acrecentamiento del sector informal[2] porque no ha sido considerado para el diseño de las políticas de estabilización económica y ello no solo ha demostrado ser costoso para las economías con el grado de informalidad todavía elevado como es el caso del Perú[3]. Tanzi indicaba ya por el año 1982 que : “La existencia de una considerable economía subterránea podría tener importantes, y al mismo tiempo, perturbadoras implicancias para las mediciones de variables macroeconómicas, la aplicación de la política económica y el funcionamiento eficiente de la economía”. En tal sentido el problema de la informalidad no es solo patrimonio de los países en desarrollo o de los denominados países en extrema pobreza sino que es un problema mundial por la extremada prevalencia y dominio de las corporaciones. Lamentablemente ese predominio también ha generado corrupción en materia política. Nuestros políticos se han limitado a proteger intereses particulares y eso no es un secreto para nadie y en general el sector informal no ha sido tomado en consideración para el diseño de políticas de estabilización económica y el obviar este punto a su vez va generando mayor informalidad.


La informalidad va de la mano con la sub contratación de mano de obra y el imperio de los denominados “services” que no tienen otro objetivo que el legalizar el subempleo. El sub empleo o sub contratación va a otorgar ingentes beneficios para la empresa formal que toma esta ruta para evadir contribuciones de seguridad social y de beneficios sociales. Se puede quebrar rápidamente los vínculos con la empresa o persona subcontratada como bien detectaba Contini[4] cuando decía: “...los procesos altamente intensivos en trabajo pueden ser subcontratados, de manera beneficiosa a pequeñas firmas que tienen acceso a mano de obra barata, empleada violando la legislación corriente y fuera del control de los sindicatos”. Mas de dos décadas después y pese al afán de propuestas con la filosofía de “parchar los platos rotos”[5] que propusiera la nueva tendencia en el tratamiento de la economía informal, con Hernando de Soto a la Cabeza en íconos como “El Otro Sendero” y el no menos interesante “Misterio del Capital” por la cual se visualiza a la actividad informal como generador de su propia legalidad ante la eminencia de los hechos consumados[6], tenemos a la vista que la añorada política maestra de integración económica que considere a todos los sectores de la producción como también a los absolutamente postergados, es prácticamente inexistente, o en el mejor de los casos, precaria.

C) La seudo imagen del aparato burocrático como fuente laboral.
Arista bastante incómoda en la problemática del empleo en esta parte del continente como es la seudo imagen del aparato burocrático del Estado como fuente de trabajo. Esto producido ya por las consabidas prácticas mercantilistas que se han acendrado en el inconsciente colectivo de las democracias nuevas y nada menos que recogidas de los falsos enfoques socializantes de gobierno en el sentido de que “ es el Estado quien esta obligado a dar trabajo dentro del aparato burocrático”. Es decir, aquel Ogro Filantrópico del que tanto habló Octavio Paz simple y llanamente sigue vivo.

No es un secreto para nadie el detectar al lider político latino americano (generalmente politiquero, de los que nos hay pocos) ofertando empleo a raudales apenas tome éste las riendas del gobierno (local, regional o nacional). Por cierto las ofertas demagógicas no entran en esta categoría porque simple y llanamente las ofertas demagógicas son aquellas que jamás se cumplen, nos referimos a las ofertas de política barata, de aquellos que manejan slogans como ”Un voto, un puesto de trabajo” o cosas por el estilo y que los “obliga” a pagar favores políticos mediante prácticas generalmente corruptas que materializan el desalojo de todo lo que representa lo antiguo, la anterior gestión, en dicha alcaldía o estamento gubernamental, cuando resulta en falacia absoluta el considerar que una gestión prácticamente hizo todo mal. Por mero rencor político.

Las cosas a este nivel se han generado, o tal vez debiéramos decir “degenerado” ciertamente como efecto de la historia – recordemos que se pasó de un sistema de gobierno teocrático socialista en el Imperio Incaico, a una economía de saqueo y muerte durante la Colonia a la de prerrogativas elitistas en lo que va de la república- por la falta de identificación del pueblo con el Estado que rige sus destinos viene a conflagrar los cimientos mismos de la sociedad. Claro está, un Estado generador de abulia colectiva esta destinado al fracaso gestionario. Simple y llanamente no se tiene conciencia de que ambos elementos son importantes. No hay sociedad humana sin estado ni estado sin Sociedad a quien gobernar. Ninguno de los dos puede invadir las competencias del otro. El trabajo debe ser creado y sostenido en función del mismo nivel de generación de riqueza por parte de los medios de producción empresarial o comercial, por consiguiente el Estado no puede ser visto como generador de trabajo por circunstancia política. Esta perfectamente definido que tanto la riqueza como el trabajo y el salario no se generan por decreto.


Ante la conjunción de los tres aspectos, es necesario consensuar que debe existir un debate permanente en materia económica con participación activa de las fuerzas democráticas entre las cuales contaremos con la Universidad peruana como institución prevalente, resultando interesante algunos resultados de los análisis realizados por la Comisión de estudio de las Bases de la Reforma Constitucional del Perú[7], en materia legal económica propone para el Perú que se reafirmen los principios y valores de la solidaridad dentro de un sistema económico competitivo y en el marco de los cambios mundiales ante el siglo XXI. Dicha comisión refería la necesidad de garantizar a las personas y agentes económicos en especial dentro del nuevo esquema integrador. Claro, teniendo en cuenta que el exceso de legalicismo en esta materia también puede generar distorsión y abusos como viene ocurriendo en la actualidad.
No se puede conceptuar al mercado como un mounstruo deprimente de las expectativas de los sectores de la sociedad que menos tienen, sino debe tenerse como un ambiente siempre propicio para producir bienestar general.


El mercado ha venido siendo considerado en occidente como un hecho estrictamente capitalista sin embargo el mercado surge y evoluciona en la historia como una red de intercambio de bienes y servicios que evidente no es patrimonio exclusivo del capitalismo sino que es esencial para todo tipo de sociedad industrial que eso si debe tener como égida la idea de lograr beneficios. Dice Toffler respecto de la acepción moderna del mercado global: “...dejando de lado la semántica, subsiste la cuestión fundamental: cuando se separan productor y consumidor, es necesario algún mecanismo que medie entre ellos. Este mecanismo, cualquiera sea su forma, es lo que yo llamo mercado.”[8]


El denominado desarrollo nacional se encuentra íntimamente ligado con la velocidad de las expresiones que adquiere el mercado global al producir nuevas materias que las inveteradas y relativas al intercambio de bienes y servicios, la simple compraventa da paso a los matices que genera ella en cosas como el marketing, la investigación de mercados, la ingeniería comercial, el tratamiento de marcas y patentes, la criminalización de determinado tipo de conductas de los operadores económicos, etc. Ante ello y si bien es cierto la fuerza de trabajo en la era tecnológica ahora es entendida como menos física y por consiguiente deshumanizante, no se puede perder la óptica real de que es el Estado quien efectivamente debe garantizar a la fuerza laboral el tratamiento cada vez menos injusto. El trabajador debe de ser estimulado permanentemente para lograr mejores beneficios relativos a la productividad. El desempleado debe ser orientado a generar su propio espacio económico, y el sub empleo debe ser desterrado como categoría laboral.


Aparentemente en la economía de las corporaciones prevalece la voracidad del liberalismo y se demuestra que las desigualdades internas de riqueza y pobreza se mantienen en la medida que el Estado, sin inmiscuirse personal ni directamente en los temas de producción, pero asumiendo en forma seria su rol atingente, se configure en instrumento de equilibrio social


El reto que se plantea para el Estado con los operadores económicos en materia empresarial en los albores del siglo XXI será pues el de tratar de mantener equilibrada la ecuación GARANTIA-FLEXIBILIDAD para que los gobiernos democráticos en estos tiempos y de cara al futuro logren un manejo inteligente y sobretodo consecuente con sus particulares planteamientos de la cosa pública, sin olvidar –obviamente- el carácter de subsidiario de un sistema económico moderno y equitativo.
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[1] Comisión de Estudio de las Bases de la reforma Constitucional del Perú.
[2] “Cuando se habla de economía informal se piensa inmediatamente en un problema. Esos empresarios y vendedores clandestinos cuyas industrias y negocios no estan registrados, no pagan impuestos y no se rigen por las leyes, reglamentos y pactos vigentes, ¿no son acaso, competidores desleales de las empresas y tiendas que operan en la legalidad, pagando puntualmente sus impuestos? ¿Al evadir sus obligaciones tributarias no privan al Estado de recursos necesarios para atender a las necesidades sociales y realizar urgentes obras de infraestructura?”. Mario Vargas Llosa. Prologo de “El Otro Sendero”. Edit Printer C. Pág. XX.
[3].Tanzi, V. “ Underground economy and tax evasión in the United States: estimates and implications.” En the underground Economy in the United States and Abroad. Tanzi V.(ed.), 1982, pp 86.
[4] Contini, B. Galeotti, M. Y Cugno,F., “Inflation and the irregular economy: a dynamic analysis”. En Metroeconomics, 1,984.
[5] Ob. Cit. El Otro Sendero.Autor: De Soto, Hernando. Edit. Printer colombiana.Marzo 1987.Pág. 195. “...fuimos descubriendo que la informalidad no era el mejor de los mundos, que había enormes costos involucrados, que la gente intentaba compensarlos a través de fórmulas originales pero notablemente insuficientes, que la evasión de las leyes no es una situación de beneficio neto, y que...el caos, el derroche de recursos...no eran otra cosa que el desesperado y emprendedor intento de los informales por construir un sistema alternativo a aquel que les había negado su amparo...”
[6] N.A. por la abulia de la burocracia estatal.
[7] A cargo de Marcial rubio Correa, entonces Ministro de Justicia del Gobierno transitorio .Año 2000.
[8] Ob. Cit. “La Tercera Ola”. Alvin Toffler.

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Publicado en la siguiente revista digital:


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